Lectura del santo Evangelio según san Mateo
11, 28-30
En
aquel tiempo Jesús dijo: «Vengan a mí todos los que están fatigados y
agobiados, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan
de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso,
porque mi yugo es suave y mi carga ligera».
Palabra del Señor.
Oración
Palabra del Señor.
Oración
Jesús
mío, vengo hoy ante Ti para pedirte ayuda. Tengo el profundo deseo de
acercar mi corazón al tuyo. Debo confesarte que me encuentro algo
cansado de todo el ajetreo diario, la rutina me desgasta. Tú que
dijiste: «Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados, y yo
les daré alivio», aquí me tienes. Quiero en esta oración descansar en
Ti. Señor
Jesucristo, que eres manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo.
Reflexión
Reflexión
El
seguir a Cristo amerita por ley divina cargar nuestra cruz, el yugo del
cual habla el Señor en el Evangelio; ese yugo que es suave y ligero. El
yugo de la caridad, que es en sí misma mansedumbre para tratar a los
demás, y humildad, que es la
perla preciosa del trato con Dios. Sin estas dos cualidades, nuestro
trato con los demás se nos hace insufrible. Nosotros fuimos creados por
Dios para amar y ser amados, y nuestro verdadero descanso está
precisamente en esto. El camino más fácil para llegar a Él, es ser -como
Jesús nos pide- mansos y humildes de corazón.
¡¡¡ Propósito del día!!!
El día de hoy trataré con gran caridad a la persona que no me sea tan simpática, para imitar así la mansedumbre de Jesús.
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